Durante el parto: una experiencia real, intensa y transformadora

Vivencias y realidades del parto

que se debe de hacer durante el parto

El momento del parto es una de las experiencias más intensas, transformadoras y emocionalmente poderosas que puede atravesar una persona. Aunque médicamente se describe por etapas y procesos fisiológicos, vivirlo en primera persona convierte cada instante en algo profundamente humano y único. En este artículo, te hablaré de lo que ocurre durante el parto desde una perspectiva informada, pero también honesta y emocional. Porque el parto no es solo técnica médica; es también respiración, entrega, apoyo y amor.

Señales que indican el inicio del trabajo de parto

Todo comienza con señales que, aunque pueden parecer sutiles al principio, pronto se convierten en inequívocas. Una de las primeras manifestaciones puede ser la pérdida del tapón mucoso, la rotura de la bolsa amniótica o, simplemente, contracciones que empiezan a seguir un ritmo constante e intensificarse.

Recuerdo cada contracción como una ola potente que me recorría de hombros a cadera. En ese punto, no hay dudas: el cuerpo ha iniciado el viaje del nacimiento. La diferencia entre una contracción de Braxton Hicks y una verdadera contracción de parto está en la intensidad, la duración y la regularidad. Una vez que estas empiezan a marcar el ritmo, es hora de prepararse para uno de los eventos más importantes de tu vida.

Primera etapa: Dilatación y preparación

Esta es la etapa más larga del parto, y se divide en fase temprana, activa y de transición. Comienza con contracciones leves e irregulares que van volviéndose más fuertes y frecuentes, acompañadas de la dilatación del cuello uterino hasta alcanzar los 10 centímetros necesarios para permitir el paso del bebé.

Aquí el tiempo puede sentirse detenido y a la vez correr con velocidad vertiginosa. Cada hora puede parecer un suspiro o una eternidad, según la intensidad del momento. Lo que más me sostuvo fue la respiración profunda y el apoyo inquebrantable de mi pareja, apretando mi mano en cada pico de dolor. La fase activa puede durar varias horas, dependiendo de si es el primer parto o no. La transición, la más intensa, puede venir acompañada de temblores, náuseas o la sensación de no poder más... justo antes del nacimiento.

Segunda etapa: El nacimiento del bebé

Cuando se alcanza la dilatación completa, comienza la segunda etapa del parto: el momento en el que la madre debe pujar para ayudar a que el bebé descienda y atraviese el canal de parto. Esta etapa puede durar desde unos pocos minutos hasta un par de horas.

Cada empujón fue un acto de entrega total, una mezcla de dolor y determinación. Pujar no es simplemente un esfuerzo físico; es una lucha mental, emocional y visceral. El cuerpo sabe qué hacer, pero se necesita concentración y apoyo. En algunos casos, se utilizan maniobras como la episiotomía o instrumentos como fórceps o ventosas para facilitar la salida del bebé, especialmente si hay complicaciones.

Y luego, el milagro ocurre: cuando escuché el llanto de mi bebé, una oleada de amor y alivio me inundó. Es como si cada segundo de esfuerzo hubiera servido para preparar ese momento de plenitud. El nacimiento no termina con la salida del bebé, pero sí marca un antes y un después emocional.

Tercera etapa: Expulsión de la placenta y cierre del proceso

La tercera etapa, a menudo pasada por alto, es también clave. Aquí se expulsa la placenta, lo que generalmente ocurre dentro de los 30 minutos posteriores al nacimiento del bebé. Aunque el dolor disminuye, todavía puede haber contracciones, y es fundamental asegurarse de que todo el tejido placentario haya salido correctamente para evitar infecciones o hemorragias.

Este momento también es aprovechado para observar al recién nacido, hacer el pinzamiento del cordón umbilical y permitir el contacto piel con piel. Si hay desgarros o se hizo una episiotomía (procedimiento quirúrgico que se realiza durante el parto para hacer una incisión en el tejido vaginal y perineal), el equipo médico realiza las suturas correspondientes. Es el cierre físico del proceso, pero también el inicio de una nueva vida.

Manejo del dolor y técnicas de alivio durante el parto

dolor durante el parto

El dolor del parto es, sin duda, uno de los aspectos más temidos y comentados. Cada cuerpo lo experimenta de manera distinta. Algunas personas optan por analgesia epidural, otras por métodos naturales como la respiración controlada, hipnoparto, masajes, baños tibios o el uso de pelotas de parto.

En mi caso, la respiración fue mi refugio. Cada inhalación profunda era un ancla en medio de las contracciones. A pesar del dolor, sabía que era útil, que era el camino para conocer a mi bebé. Este enfoque, sumado al contacto y palabras de aliento de mi pareja, hicieron la diferencia.

Además, la presencia de un equipo médico empático y preparado contribuye significativamente a la percepción del dolor y a la seguridad emocional durante el proceso. La libertad para moverse, cambiar de postura o elegir si estar de pie, en cuclillas o acostada también puede tener un gran impacto.

El papel del acompañante: Apoyo emocional y físico

Una de las grandes fortalezas durante el parto es el acompañamiento. El apoyo continuo de una persona de confianza ya sea la pareja, una doula o un familiar puede reducir la percepción del dolor, acortar la duración del trabajo de parto y evitar intervenciones innecesarias.

Sentir el apoyo inquebrantable de mi pareja apretando mi mano me dio fuerza. Era como si, a pesar del caos, no estuviera sola. Escuchar su voz guiándome, recordándome respirar, sosteniéndome en los momentos de debilidad, convirtió una situación clínica en un acto de amor compartido.

Este acompañante también puede ser intermediario con el personal médico, velar por los deseos del plan de parto y ofrecer palabras o gestos de aliento que hacen una diferencia enorme.

Complicaciones comunes y cómo afrontarlas

Aunque la mayoría de los partos se desarrollan sin grandes complicaciones, siempre es importante estar informada. Algunas de las más frecuentes incluyen:

Desgarros perineales

Distocia de hombros

Sufrimiento fetal

Hemorragia postparto

Retención de placenta

Los equipos médicos están preparados para actuar rápidamente ante estas situaciones, pero el miedo a lo desconocido suele generar más ansiedad que el evento en sí. Entender que se cuenta con recursos y atención especializada ayuda a mantener la calma y a centrarse en lo que realmente importa.

Reflexiones sobre la experiencia del parto

Dar a luz es una experiencia total. Es cuerpo, mente y alma trabajando juntos en una sinfonía a veces dolorosa, a veces hermosa, pero siempre poderosa. Mi experiencia fue una mezcla de fuerza interna, vulnerabilidad y amor. Fue el momento más transformador de mi vida, y cada segundo valió la pena.

El parto no es simplemente el final del embarazo: es el inicio de una historia. Y vivirlo informada, acompañada y con espacio para sentirlo es un derecho que todas deberíamos tener.





Tu amor es el primer hogar de tu bebé.